No hay fórmula. El amor es una molécula inestable, una mordaza de la lógica, un “sí pero no” constante. Es la morada del nómada. No hay fórmula. El amor es la frontera milimétrica que separa el alma de la materia más absoluta, una fantasía demasiado tangible. No hay fórmula. Es metamorfosis y consolidación de los principios. El amor es madurez a través de la inocencia, crecer y menguar al tiempo, habitar todas las edades. Joder, que no, no hay fórmula. No existe la manera, el número, la palabra que defina su esencia; concreción abstracta de un rayo de luz. El amor no existe a pesar de ser lo único verdaderamente auténtico. Así que basta ya de metamor, del amor dentro del amor, del amor más allá del amor. Basta ya de hablar del amor, no hay fórmula. Basta ya de teorizar, amor, y vamos a emanarnos el amor hasta que se nos olviden las maneras, vamos a follarnos al amor hasta que se agoten las palabras, vamos a estrellarnos el a...